Poesías del indignado

Elegía vallejiana
A Atahualpa Boscán, mi inca

I
Hermano
por estos días
hace un tiempo interminable
para la tristeza

Los boleros de la ausencia
noche a doce
me convidan a bailar
con tu recuerdo

Se me agachó la risa
esperando verte brincar
-como cuando niños-
sobre su espalda

Hermano
hace negro y sombra
en mi pecho

Y heme aquí
suelta de tu mano
convertida en hueco sin fondo
para contenerte

II
Con la inmensa certidumbre
que es tu muerte
los ojos pálidos
a la par con los tuyos

El corazón a cuestas
y los gritos de mamá

Me tocó sembrar tu desnudez
con el último traje del asombro

Cargada de esperanza
y comida tibia
fui a descubrirte
cuando ya no cabían
ni la esperanza ni la tibieza
en el contacto hiriente
de tu piel

¿Qué palabras se le pueden poner
a este dolor de adentro?
¿Cómo transformar la dura pena
si cada día mamá
te nombra te llama te bendice?

Huérfanos de ti y de ella
que contigo una parte de su vientre
se nos ha muerto

III
Y digo
que esta ventana dolorosa
de este lado del tren
me dio su llave

Y soy la única que viene a tomar café
con sus muertos muertos
con sus vivos muertos
con sus vivos vivos
y regresa

Y dice no al cementerio
cajudo encementado
cárcel de tus huesos

Nadie me ha traído flores
y estoy muerta
también

IV
Hoy tus cosas
me contaron otro cuento

El cotidiano vaivén
de tus trajines

Carretera carretera
y la música puesta
salvando siempre
los encuentros

Ya no sé
dónde fue tu ropa
tu olor de trabajo
las ollas por fregar

Sólo puedo decirte
que tu música
está a salvo

A salvo, hermano,
de las balas.




Palabras compuestas


De la calle a la bocanada
revuelta reseca rezongona
Cabezabaja y cabezafloja

Una cuerda
donde todos
colocan su ropa interior
cuando llueve

Del trabajo a la bocacalle
una máquina cuecepenas

Miro
Desconcentrada, destartalada,
inmaculada, arrebatada

como poniendo atención

Yanomeimporto



Soy


Convocatoria y encelada
ojo que escudriña lo ajeno

La mujer que no vuelve
Alfonsina sin mar

Ponzoña
Salibazo
silbido
Todo el tiempo perdido de los hombres

Un adiós
una carta que se espía

Una mujer sola con edad de estar sola
que vive con todos
y nadie sabe cuánto pesa su soledad

Útero de quejas silentes
la entrada a la emergencia de un hospital
Vuelta y regreso a una edad siempre eterna

Una amante, una huérfana
Una desolación que gime
un temblor sin máscara

Otro poema




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